Un buen tutor
A mi juicio, más allá de la empatia necesaria como primera virtud, un buen tutor debe saber comunciarse en todo contexto, tanto con los educandos como con los padres en los diversos contextos socioeconomicos de los institutos. Tambien debe ser firme en sus decisiones, firmeza que solo pued eser asegurada por la capacidad reflexiva, critica y comunicativa que permite tomar buenas decisiones.
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